24 julio 2008
Greenpeace exige al gobierno mexicano seguir el ejemplo del gobierno Austriaco, el cual prohibió este jueves la importación del controversial maíz transgénico MON 863, producido por la transnacional estadounidense Monsanto. La prohibición esta basada en los resultados de una nueva evaluación de los datos que presentó la empresa biotecnológica para conseguir la autorización de esta variedad.
La nueva evaluación presenta argumentos científicos para la prohibición de la variedad transgénica MON 863, la cual no debió de haber sido aprobada ni para siembra ni para consumo humano y animal. El estudio reporta que las ratas alimentadas con el maíz MON 863 presentan cambios en la composición de su sangre y daños en organos internos: altos índices de toxicidad en hígado y riñones.
“Éste es otro descubrimiento más de los riesgos que los transgénicos respresentan en la salud humana y animal. La prohibición del gobierno Austriaco al MON 863 fija un precedente importante que el gobierno mexicano debe tomar en cuenta. Greenpeace exige a las autoridades mexicanas anteponer la seguridad de los consumidores mexicanos sobre los intereses comerciales de empresas como Monsanto.”
El caso del MON 863 demuestra que las compañías biotecnológicas, como Monsanto, actúan sin ningún escrúpulo para obtener la aprobación de sus patentes de semillas transgénicas.
Sin embargo, el gobierno mexicano, omitiendo los graves riesgos del maíz transgénico para la salud humana y animal; así como para el medio ambiente, otorgó desde el 2003 una carta de no inconveniencia para su comercialización sin contar con un sistema de trazabilidad que evite que el maíz transgénico importado irrumpa en la cadena alimenticia y que se contaminen nuestras variedades nativas de maíz. Tampoco se cuenta con un sistema de etiquetado el cual asegure el derecho de los consumidores a elegir sus alimentos.
El gobierno mexicano se ha negado a prohibir las importaciones de maíz provenientes de Estados Unidos, las cuales no cuentan con un sistema de segregación del maíz transgénico y convencional; y se empeña en promover las siembras experimentales de maíz transgénico en nuestro país pese a todas las evidencias cientificas de riesgos de los transgénicos.
Greenpeace exige al gobierno mexicano la protección de los consumidores mexicanos prohibiendo las importaciones de maíz e implementando un verdadero Régimen de Protección Especial al Maíz con la moratoria total a las siembras experimentales de maíz transgénico.
El maíz genéticamente modificado MON 863 ha causado controversia desde mayo del 2004, cuando el diario francés Le Monde reportó que ratas alimentadas con el maíz MON 863 reportaron cambios en la composición de su sangre y daños en organos internos.
Sin embargo, a pesar de todas las controversias científicas, la Comisión Europea aprobó el maíz transgénico en enero del 2006 para consumo humano y animal dentro del mercado europeo.
Incluso contra la mayoría de los estados miembro de la Unión Europea: en septiembre de 2004, 14 estados miembro votaron contra la aprobación del maíz Monsanto.
— Greenpeace México